La tortura es una política deliberada de Rusia en Ucrania, dice la relatora especial de la ONU sobre la tortura


11 de marzo de 2024

Las fuerzas armadas rusas y sus organizaciones están utilizando sistemáticamente la tortura en los territorios ocupados de Ucrania, ha declarado la abogada australiana Alice Jill Edwards, relatora especial de la ONU sobre la tortura, ante el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas.

La señora Edwards y los demás relatores especiales son expertos independientes encargados por el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, pero no hablan en nombre de las Naciones Unidas.

"El número de acusaciones creíbles de tortura y otras formas de tratos o penas crueles, inhumanos o humillantes" indica que "la tortura es un elemento de la política de guerra de Rusia", ha declarado la relatora de la ONU. "Estos graves crímenes no parecen ser el resultado de la casualidad o de un accidente", afirmó la experta, que visitó Ucrania en septiembre.

Precisó ante los periodistas que se enteró por los fiscales ucranianos de que se habían abierto unos 103.000 casos relacionados con crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad, y que el 90 por ciento de ellos estaban registrados como casos de tortura.

La Sra. Edwards, quien dijo que ella misma había revisado docenas de casos de presuntos abusos por parte de las fuerzas rusas y sus aliados, dijo que había claramente "una intención y un propósito en la práctica de la tortura que no puede describirse como comportamiento inusual o comportamiento ad hoc".

En un informe escrito tras su visita, Alice Jill Edwards estableció que "la tortura se llevó a cabo de manera organizada y sistemática" y que supuestamente se llevaron a cabo las mismas prácticas en diferentes regiones ocupadas. Sus conclusiones, dijo al Consejo, indican “autorización directa y política deliberada”.

El viernes pidió a Moscú que “emita una directiva firme e inequívoca […] que establezca que la tortura nunca es admisible y será castigada”. La señora Edwards, a quien no se le permitió visitar Rusia, también instó a ese país a “abrir investigaciones sobre estas acusaciones y permitir que inspectores internacionales visiten todos los lugares de privación de libertad y observen los procedimientos penales”.

También afirmó que “las autoridades ucranianas están haciendo esfuerzos sinceros para tratar con respeto a los prisioneros de guerra”. Su informe, sin embargo, planteó varias preocupaciones sobre las condiciones de detención en un centro penitenciario en Lviv, con la detención de ciudadanos ucranianos acusados de colaborar con los rusos. Recibió “varias acusaciones de abusos por parte de funcionarios ucranianos”, principalmente en relación con la captura, arresto y tránsito de prisioneros.


Traducido por Faustino Eguberri

Texto original

Publicado orginalmente el 8 de marzo de 2024