Por qué los ucranianos deberían apoyar a los palestinos
Daria Saburova
21 de octubre
de 2023
A medida que continúa el ataque de Israel a Palestina, se observan crecientes similitudes con la invasión rusa de Ucrania. El “asedio completo” de Israel a la Franja de Gaza –cortando el agua, la electricidad y los alimentos a más de dos millones de habitantes– recuerda a la destrucción deliberada de nuestra infraestructura energética por parte de Rusia el invierno pasado. Esto, entre otras factores, le valió a Rusia la etiqueta de “Estado terrorista” entre los ucranianos.
Desde el momento en que se anunció una orden de evacuación para los 1,1 millones de habitantes del norte de Gaza, los ucranianos deben haber sabido que expondría a los más vulnerables –los ancianos y los enfermos– a una muerte segura. Sabemos que cuando las personas no tienen alternativas viables, a menudo prefieren quedarse.
Las imágenes de devastación generalizada que nos llegan desde Gaza, que sugieren el desprecio del ejército israelí por el derecho internacional humanitario, también presentan similitudes con las de Mariúpol o Bajmut del año pasado. Israel –al igual que Rusia en Ucrania– ha sido acusado de bombardear zonas residenciales, corredores de evacuación y el único punto de salida de la ciudad, Rafah.
Por supuesto, los brutales ataques de Hamás contra civiles en los kibutz israelíes también parecen similares a las masacres rusas en Bucha en marzo de 2022. Fue justo que fueran condenados por el presidente ucraniano Volodymyr Zelenskyi y el Ministerio de Asuntos Exteriores de Ucrania. Sin embargo, sus mensajes de apoyo a las víctimas y sus familias estuvieron acompañados de afirmaciones problemáticas, incluida la conclusión verdaderamente catastrófica de Zelenskyi de que Israel tiene el derecho incondicional a defenderse.
Desde entonces, los funcionarios ucranianos han evitado hablar directamente sobre la “Operación Espadas de Hierro” de Israel, a pesar de que el número de muertos en Gaza ha superado los 3.500 en los 11 días transcurridos desde su inicio, según las autoridades palestinas.
Pero la carta blanca de Ucrania para cualquier respuesta que Israel considere necesaria tiene poco sentido dadas las relaciones históricas o recientes entre Ucrania e Israel, que han estado marcadas por tensiones sobre la ocupación y el respeto al derecho internacional. Dados los problemas de seguridad que enfrenta Ucrania, su política exterior se mantiene fiel a la promoción de dos causas: el respeto a la integridad territorial y el desarme nuclear.
Tensiones diplomáticas
A diferencia de Estados Unidos y sus aliados europeos, Ucrania ha respaldado de manera sistematica las resoluciones de la ONU que condenan la ocupación ilegal de tierras palestinas, no sin preocupación por la coherencia en su propio reclamo territorial sobre la Crimea ocupada.
En 2014, Israel no votó una resolución de la ONU que denunciaba la anexión de Crimea por parte de Rusia y reafirmaba la integridad territorial de Ucrania. Dos años después, Ucrania aprobó una resolución que condenaba los asentamientos israelíes en Jerusalén, lo que llevó al primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, a cancelar la visita a Israel de un representante ucraniano, el entonces primer ministro Volodymyr Groysman.
Estas tensiones se han intensificado durante el último año, incluso cuando Kíiv apoyó dos resoluciones de la ONU en noviembre de 2022. La primera fue para el desarme nuclear de Oriente Medio, dirigida contra el programa nuclear de Israel, y la segunda para la apertura de una investigación internacional sobre La “ocupación prolongada, asentamiento y anexión del territorio palestino” por parte de Israel, reafirmando el derecho de los palestinos a la autodeterminación.
Luego, en julio de 2023, el embajador de Israel en Ucrania, Michael Brodsky, condenó el respaldo de Ucrania al 90% de las resoluciones “antiisraelíes” de la ONU, que describió como una “situación anormal, especialmente teniendo en cuenta el hecho de que Ucrania recurre con bastante frecuencia a Israel para diversas solicitudes”. Estas peticiones también han sido motivo de tensión entre los dos países, ya que Israel envió ayuda humanitaria a Ucrania pero se negó a enviar armas, incluyendo armas defensivas, argumentando que Israel, a diferencia de los Estados miembros de la OTAN, sólo puede confiar en sí mismo.
Israel también ha sido cauteloso en su postura ante la agresión rusa contra Ucrania, buscando mantener relaciones diplomáticas cordiales con Rusia en vista de sus propios intereses militares en Siria. No se unió a muchos países occidentales para imponer sanciones a Rusia y se abstuvo de votar una resolución de la ONU en apoyo de las reparaciones de Rusia por su destrucción en Ucrania. Desde la invasión a gran escala, Israel ha acogido a 30.000 ucranianos –incluyendo 15.000 judíos ucranianos como parte de un programa de repatriación–, lo que es una cifra significativamente menor que la de otros países.
Explicando el silencio
La mayoría de los políticos y diplomáticos ucranianos probablemente consideren que la historia entre Israel y Palestina es demasiado compleja para distinguir claramente entre agresor y víctima. Sin embargo, esto no explica su silencio sobre las violaciones del derecho internacional por parte de Israel en los últimos días, que no difieren de las acciones que han condenado en el pasado. Su silencio probablemente tenga tres fuentes.
En primer lugar, Ucrania ha buscado distanciarse claramente de Hamás, que Netanyahu ha etiquetado como “los nuevos nazis”, y de sus métodos despiadados, que han sido utilizados para atacar a civiles israelíes de manera arbitraria. Esto se debe, entre otras cosas, a que la justificación de Rusia para la invasión de Ucrania –la supuesta necesidad de “desnazificar” el país– ha tenido impacto en el Sur Global y en ciertos sectores de la sociedad civil occidental. Sin embargo, en el discurso predominante establecido por los gobiernos occidentales, es imposible distinguir entre las acciones de Hamás y la lucha más amplia de los palestinos por la libertad y la justicia, que involucra fuerzas múltiples y variadas. De manera irónica, algunos diplomáticos han advertido que la falta de apoyo a Palestina casi con certeza resultará en una disminución del apoyo a Ucrania en el Sur Global.
A menudo se considera que el discurso occidental predominante combina el antisemitismo con la crítica a Israel, lo que constituye otra razón por la que el gobierno ucraniano es particularmente cuidadoso en sus declaraciones oficiales a nivel internacional. Esto se debe, en parte a que Ucrania es uno de los países más afectados por el Holocausto, con casi 1,5 millones de judíos asesinados entre 1941 y 1945, pero también a que los movimientos nacionalistas ucranianos, que albergaron a personas directamente responsables de estas masacres, han sido objeto de revisionismos y han sido considerados héroes en el país.
Y, por último, la posición de Ucrania puede ser simplemente pragmatismo geopolítico. El Acuerdo de Asociación de Ucrania con la Unión Europea incluye una cláusula sobre “convergencia en política exterior y cuestiones de seguridad” que requiere que Ucrania se alinee con las posiciones expresadas por funcionarios europeos. Además, su dependencia de la ayuda humanitaria y, en particular, militar occidental predispone a sus líderes a respaldar a sus aliados, en particular Estados Unidos, a riesgo de perder este apoyo. El hecho de que Hamás mantenga vínculos privilegiados con Rusia no hace más que reforzar esta lealtad.
Una declaración reciente del Ministerio de Asuntos Exteriores de Ucrania, publicada el 17 de octubre, refleja la ambigüedad y los principios contradictorios de la política exterior de Ucrania. Por un lado,reafirma el apoyo a los “esfuerzos de Israel para contrarrestar los actos terroristas”, pero por otro lado, “aboga por la solución del conflicto palestino-israelí con la ayuda de medios políticos y diplomáticos”.
Al día siguiente del ataque al hospital Al-Ahli que resultó en la muerte de cientos de palestinos, un evento del que tanto Israel como Hamás niegan ser responsables, los funcionarios ucranianos emitieron su primera declaración sobre la situación humanitaria en Gaza. La declaración subraya que ambas partes deben “atenerse a las reglas de la guerra y respetar las normas del derecho internacional humanitario”, pero no hace un llamado a un alto el fuego inmediato.
La necesidad de alzar la voz
Si bien la posición oficial de Ucrania está dictada por consideraciones diplomáticas pragmáticas, la sociedad civil ucraniana no está obligada a seguir el silencio de su gobierno en relación a la operación punitiva de Israel contra Gaza.
Las injusticias de Israel en Palestina, así como las de Rusia en Ucrania, van mucho más allá del mero incumplimiento de las leyes de la guerra. Los ucranianos repiten con razón que la guerra de Rusia contra el pueblo ucraniano no comenzó el 24 de febrero de 2022. Rusia ha ocupado parte de Ucrania desde la anexión de Crimea en 2014, y la colonización por parte del Imperio ruso de los pueblos que habitan territorios ucranianos se remonta al siglo XVII.
Esta historia, que continuó durante la era soviética, incluye episodios de carácter genocida. Entre ellos se incluyen el Holodomor, una gran hambruna artificial que mató a varios millones de ucranianos en 1932 y 1933, y desplazamientos masivos de poblaciones, como los 238.000 tártaros de Crimea deportados desde Crimea a otras repúblicas soviéticas bajo las órdenes de Stalin en 1944. Casi la mitad de los tártaros murieron de hambre y enfermedades durante los años siguientes.
De manera similar, la guerra de Israel contra el pueblo palestino no comenzó el 7 de octubre de 2023. Comenzó con la Nakba de 1948, cuando más de 700.000 palestinos fueron expulsados de sus tierras. En 1967, al finalizar la Guerra de los Seis Días, Israel ocupó el resto de los territorios palestinos, provocando un nuevo éxodo palestino y la instalación de nuevas colonias israelíes.
Los palestinos suelen afirmar que la Nakba es un proceso continuo, ya que los despojos y los crímenes coloniales nunca han cesado. Han sido separados y viven en circunstancias diferentes según si residen en Cisjordania, Israel, Gaza o son refugiados, pero todos se ven afectados por el régimen de apartheid. Los palestinos de Gaza sufren especialmente el bloqueo impuesto por Israel desde 2006, con la colaboración de Egipto, lo que convierte a la Franja de Gaza en la prisión al aire libre más grande del mundo.
El mal que ha matado a civiles israelíes y palestinos en los últimos días tiene sus raíces en la continua ocupación y colonización por parte de Israel de los territorios palestinos. En este sentido, la opresión de los pueblos ucraniano y palestino representa similitudes: se trata de la ocupación de nuestras tierras por estados con armas nucleares y fuerza militar abrumadora, que se burlan de las resoluciones de la ONU y del derecho internacional, anteponiendo sus intereses a cualquier acción diplomática.
Como ucranianos y defensores de la causa ucraniana, tenemos una responsabilidad especial de comprender y alzar la voz ante lo que está sucediendo. Debemos señalar las inconsistencias de los gobiernos occidentales, que apoyan nuestra lucha antiimperialista mientras respaldan la violencia colonial de Israel. La tragedia que estamos viviendo en la actualidad debe agudizar aumentar nuestra sensibilidad ante experiencias humanas similares.
Después de la invasión rusa, descubrimos lo poco que sabía la comunidad internacional sobre la historia de Ucrania. Pero ¿qué sabemos sobre la historia de Palestina? En un mundo donde la polarización está aumentando, y donde están resurgiendo guerras coloniales de gran envergadura y violencia, sólo la solidaridad entre los pueblos oprimidos y la curiosidad por nuestras respectivas luchas, más allá de las divisiones geopolíticas, pueden mostrarnos el camino hacia una paz justa y duradera.
Traducido por Abel Rodríguez y Juan González
Artículo original
Publicado orginalmente
el 19 de octubre
de 2023
Daria Saburova. Doctoranda en la Universidad de París Nanterre y profesora asociada en Sciences Po Lyon. Es miembro de la Red Europea de Solidaridad con Ucrania (RESU).