Rusia garantiza la impunidad de los responsables de los asesinatos de prisioneros de guerra, presos políticos y rehenes civiles ucranianos


Halya Coynash
17 de octubre de 2024

La noticia de otro ucraniano torturado hasta la muerte en la provincia ocupada de Jersón coincidió con la aparición de nuevos detalles sobre el asesinato por parte de Rusia de la periodista ucraniana Victoria Roshchyna, así como de nueve prisioneros de guerra ucranianos.

Captura del vídeo publicado por DeepState que muestra la ejecución de 9 prisioneros de guerra ucranianos
Captura del vídeo publicado por DeepState que muestra la ejecución de 9 prisioneros de guerra ucranianos (13/10/2024)

Los amigos de Volodymyr Zakabluk informaron al Centro de Investigaciones Periodísticas de que este hombre de 45 años, originario de Kajovka, ciudad ocupada por Rusia, ha muerto a causa de las heridas infligidas tras ser capturado y brutalmente torturado por las fuerzas rusas a principios de octubre de 2024. La escasa información disponible salió a la luz la misma semana en que se conoció el asesinato a sangre fría de nueve prisioneros de guerra ucranianos por parte de Rusia en la provincia de Kursk y la muerte, en cautiverio ruso, de la periodista ucraniana Victoria Roshchyna, de 27 años.

Victoria Roshchyna viajó al oblast ocupado de Zaporiyia para investigar e informar sobre la situación bajo la ocupación rusa. La joven fue capturada por los invasores en julio de 2023 y mantenida como rehén desde entonces, sin que Rusia admitiera su detención hasta abril de 2024. Ahora se sabe que estuvo retenida durante seis meses en una conocida prisión de la ciudad rusa de Tagenrog, donde las condiciones son terribles y la tortura es habitual. Es probable que la asesinaran mientras la trasladaban de Tagenrog a una prisión de Moscú, en preparación para un intercambio de prisioneros entre Rusia y Ucrania.

Rusia es directamente responsable de todas las muertes, tanto de prisioneros de guerra como de civiles, como Victora Roshchyna, que fueron capturados ilegalmente, trasladados a Rusia y, con toda probabilidad, torturados hasta la muerte.

Rehenes civiles

Desde febrero de 2022, los militares rusos secuestran y retienen como rehenes a civiles en cualquier parte de Ucrania que cae bajo su control. Mientras que algunos fueron seleccionados por ser periodistas, haber prestado o estar prestando servicio en las Fuerzas Armadas de Ucrania o en los cuerpos de seguridad, o por su posición abiertamente proucraniana, otros han acabado encarcelados porque los rusos querían confiscarles el coche, o simplemente por estar en el lugar equivocado en el momento equivocado.

Volodymyr Zakabluk (nacido en 1979) trabajaba para una sucursal local de Cargill Inc, multinacional estadounidense propietaria de una planta de procesamiento y extracción de semillas de girasol en Kajovka. No está claro por qué fue detenido, ni qué tipo de "confesión" o información intentaban sacarle los rusos mediante tortura.

Sin embargo, se conocen los métodos utilizados, que incluyen corrientes eléctricas conectadas a las partes más sensibles del cuerpo de una persona, simulacros de ejecución, palizas salvajes, asfixia y otros. Los cadáveres, algunos de ellos con las manos atadas, encontrados tras la expulsión de los rusos del oblast de Kíiv, Izium y Jersón, dejan claro que los rusos se sentían seguros de su impunidad. Por desgracia, tienen motivos para creer que así es. En abril de 2022, mientras la comunidad internacional se tambaleaba ante los detalles de las atrocidades cometidas en Bucha, el dirigente ruso Vladimir Putin concedió "honores" de Estado a los probables autores.

Aunque la verdadera magnitud de las atrocidades y asesinatos de civiles sólo se conocerá cuando los invasores sean expulsados de todo el territorio ocupado, Volodymyr Zakabluk no fue en absoluto el primer rehén civil torturado hasta la muerte en el oblast ocupado de Jersón.

El 13 de febrero de 2024, el padre Stepan (Podolchak), sacerdote de 59 años de la Iglesia Ortodoxa de Ucrania y director de una iglesia en la ocupada Kalanchak (oblast de Jersón) fue sacado de su casa, descalzo y con una bolsa en la cabeza. Dos días después, el 15 de febrero, su esposa recibió una llamada telefónica en la que le pedían que acudiera al depósito de cadáveres para identificar a su marido. Todo hace suponer que fue torturado hasta la muerte por negarse a transferir su iglesia, recién construida, y su congregación, a la Iglesia Ortodoxa bajo el Patriarcado de Moscú.

Ruslan Rusnak, de 28 años, que había servido anteriormente en las Fuerzas Armadas de Ucrania, murió el 20 de noviembre de 2023, pocas horas después de ser apresado por los rusos en Hornostaiivka, un pueblo situado en la parte ocupada del oblast de Jersón, y llevado a la comisaría de ocupación. La familia de Ruslan no fue informada oficialmente de su muerte hasta el 28 de noviembre, cuando los rusos afirmaron que había muerto "de una úlcera".

Anastasia Saksahanska, de 29 años, y su marido, Valeriy Saksahansky, 34 años, fueron secuestrados por soldados rusos en su casa de Mali Kopan, un pueblo de la provincia de Jersón, el 15 de septiembre de 2023, y posteriormente asesinados. Los familiares de la joven pareja, que tenía una hija de dos años, creen que los atacaron porque se habían negado a adquirir la ciudadanía rusa y a colaborar con el régimen de ocupación ruso.

En enero de 2023, el Centro de Investigaciones Periodísticas informó de que Serhiy Fedorenko, un voluntario de 34 años, había muerto en el Hospital Central de Kajovka una semana después de ser secuestrado por los rusos y brutalmente golpeado y torturado. Había desaparecido el 3 de enero, después de que él y su chófer fueran detenidos por los rusos en Nova Kajovka. Según Natalia, esposa de Serhiy, el chófer fue liberado al cabo de unos días, tras el pago de un rescate por su liberación. La "policía" de ocupación aseguró a los amigos de Serhiy que él también sería liberado en dos o tres días. No fue así. Más tarde, su familia lo encontró en un hospital de Kajovka. Su cuerpo estaba cubierto de magulladuras y otros signos de golpes salvajes, y respiraba a través de un tubo. Murió en el hospital, y su familia y amigos no dudaron de que había sido torturado hasta la muerte.

Anatoly Prokopchuk, diácono de una iglesia evangélica de Nova Kajovka, y su hijo, Oleksandr Prokopchuk, fueron capturados por los rusos el 22 de noviembre de 2022. Los cadáveres del padre y de Oleksandr, de 19 años, fueron hallados el 27 de noviembre en un bosque cercano. Ambos habían sido tiroteados.

A juzgar por las fosas comunes y las cámaras de tortura halladas en las zonas liberadas tras la ocupación rusa, así como por los relatos de antiguos rehenes civiles y prisioneros de guerra, es probable que el número de rehenes civiles asesinados o torturados hasta la muerte sea mucho mayor.

Presos políticos

Rusia ya ha causado la muerte de al menos cuatro presos políticos, entre ellos el activista cívico tártaro de Crimea Dzhemil Gafarov, cuyo estado de salud significaba que nunca debería haber sido encarcelado, Kostiantyn Shyrinh y Viktor Demchenko.

Es probable que Oleksandr Ishchenko, el prisionero de guerra ucraniano de 55 años y preso político reconocido que murió en un centro de prisión preventiva ruso el 22 de julio de 2024, también fuera, efectivamente, torturado hasta la muerte. Teniendo en cuenta que estaba en cautiverio ruso, no hay otra forma de explicar las importantes lesiones encontradas por el examen forense después de que su cuerpo fuera devuelto (como parte de un intercambio) el 2 de agosto de 2024.

Rusia retiene actualmente a varios tártaros de Crimea y otros presos políticos ucranianos cuyo estado de salud pone su vida en peligro directo. En el caso del periodista cívico tártaro de Crimea Amet Suleimanov, incluso el FSB de la Crimea ocupada comprendió que era poco probable que sobreviviera al "juicio" y solicitó arresto domiciliario, en lugar de la detención habitual. Sin embargo, todos los actores estatales rusos, incluidos el "fiscal" y los "jueces", han permitido su condena a 12 años y su encarcelamiento en condiciones horribles. Sin duda, todos entienden que no tendrán repercusiones por enviar a un hombre inocente a una muerte segura.

Prisioneros de guerra

La situación con los prisioneros de guerra parece ser aún peor, ya que los militares rusos no sólo tienen asegurada la impunidad, sino que se les anima a cometer horribles crímenes de guerra. La probable ejecución de nueve prisioneros de guerra ucranianos en el oblast de Kursk, de la que se informó el 13 de octubre de 2024, fue sólo la última de muchas atrocidades de este tipo, cuyo número ha aumentado drásticamente desde finales de 2023.

La peor hasta la fecha, al menos en el campo de batalla, se registró el 1 de octubre de 2024, cuando los rusos mataron a 16 prisioneros de guerra ucranianos en el raion de Pokrovsk (oblast de Donetsk). Coincidió con la publicación de un informe de la ONU sobre el Trato a los prisioneros de guerra y actualización de la situación de los derechos humanos en Ucrania durante el periodo comprendido entre el 1 de junio y el 31 de agosto de 2024. Durante la presentación del mismo, Danielle Bell, Jefa de la Misión de Observación de los Derechos Humanos de la ONU en Ucrania, habló y describió detalladamente la "tortura generalizada y sistemática" a la que las autoridades rusas habían sometido a los prisioneros de guerra ucranianos, y señaló que la Misión había documentado la muerte de diez prisioneros de guerra ucranianos debido a torturas, malas condiciones o atención médica inadecuada.

También hay pruebas considerables de que la explosión en la prisión de Olenivka, en la oblast ocupada de Donetsk, en la que murieron más de 50 prisioneros de guerra ucranianos, fue un crimen planeado, en palabras de un testigo, "una ejecución simulada".

En su informe diario del 13 de octubre, el Instituto para el Estudio de la Guerra señalaba que había aumentado el número de fuerzas rusas que ejecutaban a prisioneros de guerra ucranianos en todas las zonas. Concluye que "es probable que los comandantes rusos estén condonando, alentando u ordenando directamente la ejecución de prisioneros de guerra ucranianos".


Traducido por Juan González

Artículo original

Publicado orginalmente el 15 de octubre de 2024



Halya Coynash

Halya Coynash. Miembro del Grupo de Protección de los Derechos Humanos de Járkiv..