Contexto: horas críticas para Ucrania
Comité Belga de la Red Europea de Solidaridad con Ucrania
24 de mayo
de 2024
Ucrania conoce horas críticas. Después del fracaso de la contraofensiva de junio de 2023, las líneas del frente se han movido poco, pero Rusia tiene una importante superioridad numérica y material que le permite realizar avances locales, aunque supongan el sacrificio de muchos soldados y la destrucción total de localidades recién ocupadas como Avdiivka. Se estima que la proporción de la potencia de fuego desplegada (proyectiles, misiles, bombas, etc...) podría ser del orden de cinco contra uno. Una parte importante de los soldados ucranianos que están en el frente han entrado en su tercer año de guerra y su sustitución por nuevas tropas resulta difícil.
A pesar de las sanciones, Rusia logra financiar la guerra con sus exportaciones de combustibles fósiles y abastecerse de equipos fabricados en Estados Unidos y Europa a través de empresas intermedias ubicadas en otros países.
En los territorios ocupados se ha establecido un régimen de terror. En Rusia, los ataques a los derechos y libertades de la población se intensifican. Lo demuestra la muerte de Navalny en febrero de 2024, la prohibición de cualquier candidatura de oposición durante las elecciones presidenciales de marzo. Las nuevas legislaciones represivas afectan tanto a la oposición política como a todas las personas que no responden al modelo familiar ultraconservador defendido por el régimen (fuera de la ley de cualquier organización LGBT, ataques al derecho al aborto, promoción de familias numerosas, denuncia a la policía por parte de las escuelas primarias de niños cuyos padres han hecho comentarios contra la guerra). El antisemitismo y los ataques contra las personas migrantes de Asia Central se han agravado.
Este año el ejército ruso comenzó muy temprano la destrucción sistemática del sistema de producción y distribución de energía eléctrica. Durante el invierno de 2022-2023, el intento ruso de romper la resistencia ucraniana destruyendo estas infraestructuras vitales había fracasado gracias a la creatividad y el ingenio de la población que había sabido encontrar soluciones de emergencia. Además, el último invierno había sido suave en comparación con las temperaturas medias ucranianas. Para el próximo invierno, la situación es mucho más arriesgada. La escasez de medios de defensa antiaérea permite a Rusia bombardear repetidamente las mismas instalaciones hasta hacer imposible su reparación con urgencia.
La supervivencia de Ucrania depende tanto de la retaguardia como del frente. En la retaguardia, son las mujeres las que aseguran la mayor parte de la producción material y los servicios indispensables para la supervivencia del país. Al mismo tiempo, deben luchar por mejores salarios, por los derechos sindicales y sociales, contra las manifestaciones de militarismo virilista, contra la violencia sexual. Por eso, una parte importante de nuestras contribuciones solidarias está destinada a colectivos feministas.
A nivel internacional, el apoyo de los Estados occidentales a Ucrania ha sido inferior a las promesas.
Durante seis meses, las y los electos del Partido Republicano bloquearon la ayuda de Estados Unidos. Si bien finalmente se llegó a un acuerdo el 20 de abril por un monto de casi 62 mil millones de dólares, hay graves incertidumbres sobre la continuidad de la ayuda en caso de la victoria electoral de Trump en noviembre. Este último anuncia a todos los vientos que encontrará un acuerdo de paz en veinticuatro horas.
En la Unión Europea, las encuestas anuncian un fuerte aumento de la extrema derecha para las elecciones europeas de junio. La extrema derecha está lejos de tener una posición común con respecto a Ucrania. En todos los países de Europa, creció con el apoyo del régimen de Putin y sus métodos de propaganda se basan en las redes rusas de desinformación. Incluso las personalidades políticas que hoy muestran su apoyo a Ucrania como la italiana Meloni o los líderes de Vox en España comparten gran parte de la visión política de Putin (racismo, homofobia, antifeminismo, concepción autoritaria del Estado y de los hombres providenciales, etc...). Otros sectores de la extrema derecha cuestionan el apoyo a Ucrania al tiempo que mantienen estrechas relaciones con la extrema derecha “atlantista” en el Parlamento Europeo. En Italia, la extrema derecha atlantista (Meloni) gobierna en coalición con la extrema derecha anti-ucraniana (“la Liga” de Salvini). En dos países de la Unión Europea, una derecha radical anti-ucraniana está en el poder (Hungría y Eslovaquia). Acaba de convertirse en el eje de una coalición gubernamental anti-migrantes, anti-ambientales y euroescéptica en los Países Bajos tras la victoria electoral de Geert Wilders en noviembre de 2023. Los problemas no son sólo políticos. El auge de las industrias militares europeas no satisface actualmente las necesidades de Ucrania, en parte debido a la lentitud de las inversiones en ciertas producciones, en parte porque la Unión Europea mantiene un comercio de armas muy rentable hacia otras regiones del mundo, lo que limita las cantidades disponibles para Ucrania. Algunos países como Alemania se niegan a entregar a Ucrania equipos que serían indispensables para atacar en profundidad la logística del ejército ruso. La eficacia de las sanciones pasaría por los catastros de la fortuna, la transparencia de las transacciones financieras y comerciales y la trazabilidad de las exportaciones de materiales sensibles, pero estas medidas no se implementan porque más allá de la guerra en Ucrania, representarían garantías democráticas para la población de nuestros países que son poco compatibles con las políticas neoliberales.
Descarga el Boletín informativo del Comité Belga de la Red Europea de Solidaridad con Ucrania n°20, 16 de mayo de 2024: campaña 2024 de apoyo a la resistencia popular en Ucrania: UKRAINE SOLIDARITÉ n.20, mayo 2024.
Traducido por Faustino Eguberri
Artículo original
Publicado orginalmente
en Mayo
de 2024