Zelensky no es nuestro amigo… ¿y qué?
Los recientes acontecimientos han puesto de manifiesto decisiones políticas del presidente ucraniano que no aprobamos e incluso denunciamos. Su apoyo reiterado a Netanyahu, que está masacrando al pueblo palestino, su presencia en la investidura de Milei, que traerá sangre y lágrimas al pueblo argentino, y sus acercamientos al presidente húngaro de extrema derecha Orban son ilustraciones de ello. Por supuesto, siempre podría decirse que si las "democracias progresistas" hubieran estado proporcionando a Ucrania la ayuda que necesita durante los últimos veintidós meses, su Presidente podría prescindir de tan desprestigiado apoyo; pero a pesar de los anuncios mediáticos, esto está lejos de ser así, y la situación se deteriora a medida que pasa el tiempo.
Sea como fuere, quienes basan su apoyo a la resistencia ucraniana en las palabras, los escritos y las acciones de sindicalistas, feministas, ecologistas y activistas por la emancipación social de ese país saben -desde el primer día- que Zelensky no forma parte de esa dinámica emancipadora.
En lo que concierne al Comité Francés de la Red Europea de Solidaridad con Ucrania su papel no es "aconsejar" a los ucranianos; eso sería presuntuoso. Apoyamos la resistencia ucraniana porque estamos contra el imperialismo, por el derecho de los pueblos a la autodeterminación, contra las invasiones y las ocupaciones militares, y por la solidaridad internacional de las y los trabajadores... El presidente Zelensky se opone desde hace 22 meses a Putin, que organizó la invasión del territorio ucraniano, su ocupación militar y desencadenó la guerra. Sin embargo, el gobierno ucraniano no defiende los intereses de las y los trabajadores y del pueblo: al contrario, sigue una política liberal que, en muchos aspectos, es contradictoria con la lucha contra el imperialismo ruso. Solidarios y solidarias con la resistencia ucraniana, no tenemos ningún vínculo con Zelensky y somos libres de denunciar sus relaciones internacionales. Y así lo hacemos.
Lo cierto es que esto no responde en absoluto a las necesidades de las y los resistentes ucranianos. Lo que sí contribuye, modestamente, son las iniciativas reales de solidaridad: los convoyes sindicales que aportan material y crean vínculos en el marco de la solidaridad de clase, las campañas como la de liberación de Maksym Butkevych, la creación de comités locales en varias ciudades francesas para organizar el apoyo en Ucrania y a los exiliados en Francia, las colectas para apoyar los proyectos de agua del sindicato de Kryvyï Rih o los del sector sanitario de Sed como Nina, las manifestaciones culturales (cine, fotos, dibujos, canciones, lecturas) que arrojan luz sobre la situación actual en Ucrania, el apoyo a las víctimas de la represión contra las y los rusos y bielorrusos que rechazan la guerra de Putin, el apoyo a las cooperativas ucranianas que forman parte integrante de la resistencia popular, la difusión en diversas regiones del mundo de la información sobre las luchas sociales que se libran en Ucrania, los 26 volúmenes publicados hasta la fecha por las Brigadas Editoriales de Solidaridad…
De hecho, la necesidad urgente es continuar lo que nos hemos fijado como tareas desde la formación de la Red Europea de Solidaridad con Ucrania:
Opuestos y opuestas a la guerra y a todos los neocolonialismos en el mundo, [queremos] construir una red desde abajo, independiente de cualquier gobierno para:
- La defensa de una Ucrania independiente y democrática
- La retirada inmediata de las tropas rusas de todo el territorio ucraniano. El fin de la amenaza nuclear que suponen las armas nucleares rusas en estado de alerta y el bombardeo de las centrales eléctricas ucranianas.
- El apoyo a la resistencia (armada y no armada) del pueblo ucraniano en toda su diversidad, en defensa de su derecho a la autodeterminación.
- La anulación de la deuda externa de Ucrania.
- La acogida sin discriminación de todas las personas refugiadas ucranianas y de otros países.
- El apoyo al movimiento antiguerra y democrático en Rusia y la garantía del estatuto de refugiado político para los opositores a Putin y los soldados rusos que deserten.
- La confiscación de los bienes de los miembros del gobierno, altos funcionarios y oligarcas rusos en Europa y en todo el mundo; y la aplicación de sanciones financieras y económicas protegiendo a las poblaciones desfavorecidas de sus efectos.
Además de esto, también luchamos, junto con las corrientes que comparten estos objetivos en Ucrania y Rusia:
- Por el desarme nuclear mundial. Contra la escalada militar y la militarización de las mentes.
- Por el desmantelamiento de los bloques militares.
- Para que toda la ayuda a Ucrania esté exenta del control del FMI o de la UE y de sus condiciones de austeridad.
- Contra el productivismo, el militarismo y la competencia imperialista por el poder y las ganancias, que están destruyendo nuestro medio ambiente y nuestros derechos sociales y democráticos.
¡Pasemos a la acción!
Traducido por Alberto Nadal Fernández
Artículo original (páginas 5 y 6)
Publicado orginalmente el 26 de noviembre de 2023